La modelo Sofía Clerici, quien desató la investigación por presuntos lavado de dinero y enriquecimiento contra el exintendente Martín Insaurralde al publicar fotos de ella con el político navegando por Marbella en el yate Bandido, pidió a la Justicia ser sobreseída.
La mujer argumentó que su trabajo es ser “acompañante de viajes”, en tareas que no considera un delito y por las que percibe importantes honorarios que, según ella, no puede declarar ante el fisco.
La influencer, a la que se le secuestraron U$S 100 mil, carteras y relojes de marca valuados en decenas de miles de dólares en su casa, recordó que la Organización Internacional del Trabajo recomienda a los gobiernos “con relación a las trabajadoras del sexo y actividades relacionadas (aunque las mías no guarden correspondencia con la prostitución)”, que reconozcan “oficialmente la industria de la prostitución”, así puede pagar impuestos y preservar los derechos de esas trabajadoras.
Justamente dijo que esta falta de reconocimiento es la que le impide registrar sus ingresos. “Mis servicios y profesión, reitero, a pesar de mi extraordinaria publicidad y reconocimiento, tiene la peculiaridad de ser excluida como asunto impositivo, pero mis ganancias económicas a lo largo de todos estos años no pueden considerarse como un hecho delictual”, sostuvo Clerici, según publicó el diario La Nación.
La modelo señaló que sus redes sociales, donde publicó la foto con Insaurralde difundidas antes de las elecciones de octubre del año pasado, son la forma en la que habitualmente publicita y da a conocer sus “actividades y los servicios” que ofrece como “acompañante de viajes”.

“En esta causa se pretende que pruebe que el diablo no existe”, dijo la modelo que, con argumentos jurídicos, señaló que la fiscalía quiere plantear “la acreditación material de hechos negativos es decir, mi no participación en la maniobra atribuida: una prueba diabólica, que por su naturaleza jurídica y racionalmente perversa es rechazada por los tribunales modernos”.

